Auto-retrato |
"Hay días en que me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras manos. Este es uno de esos días.
Y, entonces, me he puesto a escribir casi a tientas en la madrugada, con urgencia, como quien saliera a la calle a pedir ayuda ante la amenaza de un incendio, o como un barco que, a punto de desaparecer, hiciera una última y ferviente seña a un puerto que sabe cercano pero ensordecido por el ruido de la ciudad y por la cantidad de letreros que le enturbian la mirada.
Todavía podemos aspirar a la grandeza. Nos pido ese coraje. Todos, una y otra vez, nos doblegamos. Pero hay algo que no falla y es la convicción de que -únicamente- los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana.
Mientras les escribo, me he detenido a palpar una rústica talla que me regalaron los tobas y que me trajo, como un rayo a mi memoria, una exposición "virtual" que me mostraron ayer en una computadora. Debo reconocer que me pareció cosa de Mandinga, porque a medida que nos relacionamos de manera abstracta más nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de nosotros, mientras toman poder entidades sin sangre ni nombres propios. Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea, siendo que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida."
Y, entonces, me he puesto a escribir casi a tientas en la madrugada, con urgencia, como quien saliera a la calle a pedir ayuda ante la amenaza de un incendio, o como un barco que, a punto de desaparecer, hiciera una última y ferviente seña a un puerto que sabe cercano pero ensordecido por el ruido de la ciudad y por la cantidad de letreros que le enturbian la mirada.
Todavía podemos aspirar a la grandeza. Nos pido ese coraje. Todos, una y otra vez, nos doblegamos. Pero hay algo que no falla y es la convicción de que -únicamente- los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana.
Mientras les escribo, me he detenido a palpar una rústica talla que me regalaron los tobas y que me trajo, como un rayo a mi memoria, una exposición "virtual" que me mostraron ayer en una computadora. Debo reconocer que me pareció cosa de Mandinga, porque a medida que nos relacionamos de manera abstracta más nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de nosotros, mientras toman poder entidades sin sangre ni nombres propios. Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea, siendo que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida."
Morreu o escritor argentino Ernesto Sábato. Faria 100 anos em Junho. Calou-se mais uma voz indomável...
9 comentários:
A julgar pelo trecho... calou-se o homem, a voz ecoará...
Que apenas os valores do espírito nos podem salvar, temos consciência. E da perda do relacionamento dos homens entre si e do reconhecimento do mundo que o rodeia, vamos tendo... Gostei imenso do auto-retrato é verdade. beijo
Un saludo afectuoso Ana. Se fue Sábato pero se queda su obra, su pensamiento, su sentimiento.
Querida Aninha
Fisicamente, sim, deixou esta vida. Mas como tu tão bem demonstras o seu "espírito indomável" permanece e alimentará almas inquietas, sedentas de justiça.
Desejo-te um esplendoroso dia da Mãe.
Beijinhos
Isabel
Acho oportuno este texto, no dia do trabalhador e suas mães....
Beijo
Minha querida
Passando para te deixar um carinho especial neste dia e um beijinho.
Sonhadora
Olá ana.
Não conhecia, mas como em todo o ser que expõe os seus pensares de forma sentida e inteligente, revi e vejo parte de mim, de nós.
E isso é a tangível universalidade de um ser pensante. Ernesto parece ter chegado onde poucos chegam.
abraço do vale
Querida Aninha
Que mais podemos nós fazer, amiga?
Demorar o olhar pelas flores.
Beijinho
Isabel
Morreu o homem, fica a sua obra!
Ele conseguiu contrariar a tese de que é preciso alegria e humor para se viver bastante, pois era reconhecidamente pessimista.
Eu diria realista, como este texto que citou, onde diz das pessoas que vivem como automatos, sem diálogo, sem criatividade... sem novidades, tornando a existência um tédio!
Boa semana! Beijus,
Texto magnífico, Ana.
PALÁVRAS SÁBIAS!
Realço estas por me parecerem uma excelente e actualíssima apreciação do nosso quotidiano.
Trágicamente, el hombre está perdiendo el diálogo con los demás y el reconocimiento del mundo que lo rodea, siendo que es allí donde se dan el encuentro, la posibilidad del amor, los gestos supremos de la vida."
Bjs
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